Ortiz-Pinchetti: arrancan las campañas, Xóchitl pone agenda

Por Francisco Ortiz Pinchetti
Al inicio de las campañas formales, este viernes, la inseguridad que azota al país se coloca como el tema central de la contienda por la Presidencia de la República. Y es Xóchitl Gálvez Ruiz, la candidata del frente opositor, quien se adelanta y pone ese flagelo en la agenda inicial, con lo que obliga a su contrincante a dedicar al tema sus entrevistas y primeros spots publicitarios.

Es clara la estrategia de la hidalguense, fruto me imagino del examen minucioso por parte de su equipo de campaña de las encuestas que colocan a la inseguridad como el más sensible de los problemas entre la población y del resultado de focus groups y otros instrumentos de medición estadística.

El caso es que Xóchitl dedicó al tema prácticamente todas sus intervenciones, en reuniones con simpatizantes o en entrevistas, desde finales de la precampaña y durante toda la supuesta y absurda tregua de la intercampaña. Y esta madrugada, habrá arrancado su campaña formal en Fresnillo, Zacatecas, el municipio con más alto índice de inseguridad en todo el país, según sus propios habitantes: 96.7 por ciento de ellos se sienten inseguros.

Hay que precisar que la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, había anunciado el inicio de su campaña este viernes con un mitin en León, Guanajuato, una ciudad que es bastión del panismo desde hace décadas. No obstante, sorprendió con un cambio de planes evidentemente premeditado, calculado, y optó por iniciar su recorrido proselitista en una ciudad emblemática de la inseguridad, como es Fresnillo, para realizar ahí una caminata nocturna con velas y luego trasladarse a Irapuato, en Guanajuato, otro municipio azolado por el crimen organizado.

El mensaje no puede ser más claro. La candidata opositora adopta el tema de la inseguridad como columna vertebral de su campaña. Tiene material de sobra: según la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), del Inegi, seis de cada 10 mexicanos se sienten inseguros en la ciudad en que viven. Un promedio de 81 personas son asesinadas cada día. En los cinco primeros años del gobierno Andrés Manuel López Obrador, han ocurrido más de 170 mil homicidios dolosos, cifra que supera con mucho los registrados oficialmente durante los sexenios completos de Felipe Calderón Hinojosa (120 mil 463) y Enrique Peña Nieto (156 mil 066). Hay más de 50 mil desaparecidos, según un cálculo conservador.

“Tecnología, inteligencia y mano dura”, ofreció la aspirante opositora para combatir al crimen organizado, que hoy se apodera impunemente de nuevos territorios cada día. Cada día.

Y mientras Xóchitl aprovechaba cualquier oportunidad para empujar su tema, Claudia Sheinbaum Pardo, la abanderada del oficialismo, optaba con toda razón por evadirlo y dedicaba sus intervenciones públicas a descalificar a los opositores, particularmente a los participantes en la movilización del 18 de febrero en el zócalo –a los que llamó “falsos” e “hipócritas” por defender la democracia– y a defender a su patrón en asuntos como los relacionados con el ex ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, o las publicaciones sobre investigaciones de la DEA.

Se vio sin embargo finalmente obligada a reaccionar ante el activismo de su contrincante. Recurrió entonces como quien se cuelga de un clavo ardiendo a las estadísticas ciertamente positivas de su gobierno en la Ciudad de México en materia de seguridad pública, aunque soslayó el hecho de que más de la mitad de los capitalinos aun manifiestan vivir en la inseguridad, sobre todo los habitantes de las alcaldías gobernadas por Morena.

Según publicó La Jornada hace un par de días, de acuerdo con los spots enviados al Instituto Nacional Electoral (INE) para su difusión a partir de este viernes, Sheinbaum Pardo “se reivindica como la única con experiencia exitosa en seguridad, que contrasta con el ofrecimiento de Gálvez, para que a futuro la población viva sin miedo a salir a las calles”.

Ocurre que lo que para Xóchitl constituye un filón políticamente muy explotable, el que más por cierto, para Claudia es papa caliente, altamente riesgosa y difícil de manejar. Lo peor para ella es que está atorada en una trampa: no ha podido, ni podrá, contradecir a su jefe en tan delicado terreno ni menos abandonar la fracasada estrategia presidencial de “abrazos no balazos”. Intentó resolver el dilema con una ambigua afirmación de que en su gobierno se atacará el problema “con justicia”, pero no con mano dura. Lo mismo, pues.

Para colmo, lejos de ayudarla, el presidente López Obrador abona a la causa opositora al afirmar como lo hizo el pasado miércoles que en materia de seguridad “no pasa nada” en el país, a pesar de los asesinatos la víspera de dos precandidatos a la presidencia municipal de Maravatío, en Michoacán, con lo que supera ya la decena el número de políticos de diversos partidos liquidados por el crimen organizado en lo que va del presente proceso electoral. “No hay, por fortuna, cosas graves”, aseguró el tabasqueño al ser interrogado sobre la muerte de los aspirantes michoacanos y la violencia que envuelve a la nación. Dijo sonriente que la percepción de violencia “es producto de campañas mediáticas”.

Del tercer candidato presidencial francamente poco se sabe. Jorge Álvarez Máynez, el aspirante por Movimiento Ciudadano, acaso apuntó su visión acerca del combate a la inseguridad en una declaración con motivo de su insólita postulación. “Va a estar en la boleta la tercera vía, una tercera vía donde no tengamos que elegir entre abrazos y no balazos, entre mano dura y mano blanda. Se puede actuar con firmeza, se puede actuar frente al gran problema de la impunidad, de la violencia y la inseguridad sin recurrir a esa falsa disyuntiva”. Válgame.

DE LA LIBRE-TA

NO ES LO MESMO. Sobre las declaraciones del gobierno de Estados Unidos y de su embajador en México a raíz de las publicaciones acerca de presuntas indagaciones de la DEA sobre entregas de recursos del crimen organizado a allegados de Andrés Manuel López Obrador, cabe aclarar: no es lo mismo “no existe investigación”, que “nunca ha existido investigación”. ¿O sí?

@fopinchetti

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