B. Barranco: “Enrique Dussel, la dignidad de ser intelectual”

Por Bernardo Barranco V.

Nos deja el gran Enrique Dussel. La verdad, me duele su partida. Siempre fue un referente en mi formación intelectual. Me arrepiento de no haberlo aprovechado más. Tuve el privilegio de tratarlo a lo largo de casi 50 años. Cuando recién ingresó a México como perseguido de la dictadura argentina, me impresionó su audacia analítica, su Teología y Filosofía de la Liberación. Su elocuencia, contundencia y energía argumentativa eran grandiosas. Sin embargo, desbordaba humildad ante su compromiso por los desheredados de este mundo, por los pobres y su cosmos popular, lleno de sabiduría y ancestralidad. La cultura popular fue uno de los grandes aprecios de Enrique. En su vejez ya no tenía la grandilocuencia de su juventud, ni la velocidad de su palabra, pero jamás perdió la agudeza de sus análisis. Su voz cansada contrastaba con la profundidad de su pensamiento siempre actual, siempre pertinente.

Conocí al doctor Enrique Dussel en el otoño de 1975, si la memoria no me falla. Decenas de estudiantes católicos nos reuníamos para analizar la realidad y también para formarnos teológicamente. Enrique recién había llegado a México exiliado por la persecución política en Argentina. Nos dio una conferencia sobre la eucaristía bajo la óptica de la economía política. Todas las relaciones de producción en el pan y el vino, la carne y la sangre de Cristo, se entrelazaban simbólicamente en una nueva espiritualidad de la liberación. El pobre, la denuncia de la injusticia y la libertad eran sus temas. Todos los jóvenes ahí estábamos deslumbrados con el conferencista, quien nos habló de sus años como carpintero en Nazaret y de las amenazas de muerte y atentado que tuvo que soportar en su país, cada vez más violento que desembocó en el golpe de Estado de 1976. Entonces hizo un comentario que me abatió, y aun ahora me retumba; dijo: “Si ustedes trabajan duro intelectualmente estarán en condiciones de producir a los 40 años”. Claro, él tenía casi 42 años y yo solo 20. ¡Tenía que vivir todo el tiempo de mi vida para poder decir algo en este mundo!

Enrique fue gran precursor de la Teología de la Liberación. Junto con Leonardo Boff, Gustavo Gutiérrez, Ignacio Ellacuría, John Sobrino y tantos otros. Marcaron no sólo el pensamiento cristiano sobre lo social, sino que alimentaron poderosos movimientos sociales en todo el continente latinoamericano. También sufrieron la represión secular de las dictaduras, así como la guerra fría eclesiástica, desatadas por Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Otto Maduro, experto venezolano en la relación entre marxismo y cristianismo, visitó México. Estamos en 1981, cenando pizza en el amplio departamento de Enrique en la colonia Roma. La conversación se centra en la relación de Marx con la religión. Enrique decía que había tenido acceso a los manuscritos originales que sugerían hacer reformulaciones del tema. Se levantaba una y otra vez de la mesa para traer libros. Sus hijos pequeños arqueaban las cejas como diciendo cariñosamente: “aquí va de nuevo”. La mesa estaba invadida de dos pilas de libros, obstruían la visibilidad de las pizzas, asistíamos a una apasionada cátedra del doctor Dussel. Al paso de 20 minutos, de pronto Otto da un golpe fuerte en la mesa. En tono de súplica, dijo: “Enrique, ¿no podemos tener una charla normal y simple? Conversemos con tus hijos, quiero preguntar cuántos años tienen, en qué grado van”. Y Enrique Dussel sonrió, con esa sonrisa fresca casi de niño que le caracterizó, dijo con humildad: “Tienes razón”.

A lo largo de los años, me acostumbré ver y aprender de Enrique Dussel en coloquios, conferencias, mesas y debates. Me encantaban sus intervenciones con la gran Carmen Aristegui. Varias veces coincidimos en la formación de militantes de Morena en temas de ética, política y religión. Pero fue en mi espacio de Sacro y profano, del Canal Once, donde disfruté su sabiduría analítica. Siempre fue un invitado de lujo. Lo dosifiqué y ahora me arrepiento. Tuvimos dos programas sobre la Teología de la Liberación, siempre agudo con un sentido de la historicidad. Recuerdo una emisión particularmente sugerente sobre la sexualidad cristiana; Dussel se remontó a los griegos, para confrontar la sexualidad helénica a la cristiana.

Otro programa particularmente memorable fue cuando comentó la Cartilla moral. Dussel lamentó la distancia entre los principios éticos y el ejercicio de la política; de manera lapidaria, comentó: “Padecemos una generación de políticos en México que carecen de calidad ética. Buscan enriquecerse y han naturalizado la corrupción al grado que ésta se ha cosificado, desnaturalizando a la sociedad”.

Enrique Dussel es uno de los últimos referentes de esa generación dorada del Concilio Vaticano II. Católico que nació en Argentina, pero desde México fue un referente en el mundo para repensar la realidad desde los movimientos populares. Su creatividad intelectual en el campo de la ética también es vasto. Desde su talante católico, construyó la ética y Filosofía de la Liberación. Fue autor de más de 50 libros y se dice de más de 400 artículos, traducidos a más de seis idiomas.

Querido Enrique: ya te estarás uniendo y polemizando con tus filosofos favoritos. Acá abajo, te extrañaremos con la razón y con el corazón.


Gratitud de jóvenes en el adiós a Dussel

Por Carlos Paul | La Jornada

Ciudad de México. El velatorio del reconocido intelectual, filósofo y teórico Enrique Dussel Ambrosini (1934-2023), al que asistieron familiares, colegas, discípulos y amigos, se llevó a cabo ayer.

Tras el acto luctuoso de despedida (en una agencia funeraria de Félix Cuevas), que se realizó a partir de las 13 horas, éste concluyó alrededor de las 20:30 horas.

Su hijo, Enrique Dussel Peters, adelantó a La Jornada que en las próximas semanas el Fondo de Cultura Económica (FCE) publicará un libro en torno a la estética, con el cual da continuidad al tema de la ética política.

Los últimos años de su vida, comentó Dussel Peters, los dedicó a la relevancia de la estética, vinculado con el pensamiento de la Filosofía y la Teología de la Liberación, un pensamiento que fue muy innovador, que llamaba mucho la atención, incluso a los conocedores del pensamiento de mi padre.

Esperamos, agregó, que próximamente se organicen distintos reconocimientos, pero eso dependerá de instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, donde su figura y su pensamiento es muy reconocido y respetado, pues lo que le daba mucho gusto a mi padre era impartir a los estudiantes distintos seminarios.

Dussel Ambrosini no sólo estaba cercano a los estudiantes y maestros universitarios, sino también a la gente de base, a las comunidades de base política. Es reconocido en distintos ámbitos académicos, así como en los ámbitos del activismo y formación política.

En Chiapas, “antes de los 90, se interesó por el movimiento indigenista. Era una persona y un intelectual que iba a muchos lugares y países de América Latina.

“A mi padre le daría mucho gusto que su pensamiento siguiera vivo. Él le dio mucha importancia al concepto de la vida, con base en la Teología de la Liberación, por ello en su portal digital y redes sociales –para todos aquellos que estén interesados– encontrarán decenas de libros escritos y videos de su cátedra. A mi padre le daría mucho gusto que se leyeran, que se revisaran y criticaran. Ese sería su mayor legado.”

Para Luis Hernández Navarro, periodista y coordinador de la sección de Opinión de La Jornada, “Enrique Dussel fue hasta hace unos días el pensador y filósofo vivo latinoamericano más importante.

Aquí, en este homenaje luctuoso, se puede apreciar la asistencia de muchos jóvenes que fueron sus alumnos, añadió el periodista.

Enrique se convirtió en una fuente de inspiración para las nuevas generaciones, que ven en su pensamiento un ejemplo ético y una brújula política. Comprometido con la gente de la base política, “siempre fue un activista. En su natal Argentina fue dirigente estudiantil. Los peronistas lo metieron a la cárcel. Después, se fue a España con una beca para un posgrado. Viajó a Israel, donde vivió dos años y, en cierto momento, trabajó de carpintero en una cooperativa árabe.

A partir de esas experiencias, él mismo contaba que descubrió su condición de latinoamericano, así como el enorme peso del pensamiento eurocentrista.

Para Obed Olivares y Olga Ulaje Nieto, quienes conocieron a Dussel por sus seminarios de formación política, es un referente de ética-política. Él siempre luchó contra el neoliberalismo. Para nosotros, más allá de sus enseñanzas, es un ejemplo ético y crítico, por lo que es muy dolorosa su partida. Sus reflexiones eran muy brillantes. Articuló una ingeniería para un pensamiento profundo desde la izquierda.

Durante el velatorio, de manera paulatina fueron llegando decenas de discípulos y colegas de Enrique Dussel. Rodeado de coronas de flores blancas, sobre el féretro un ramo de rosas rojas y una fotografía del maestro. A las 18 horas se llevó a cabo una misa de cuerpo presente y hacia las 20:30 horas fue trasladado para su cremación, cuyas cenizas, indicó su hijo, aún no sabemos dónde reposarán.

Minuto de aplausos en el Congreso de la CDMX

En el pensamiento crítico y de izquierda está basado el ideario de la Cuarta Transformación, indicó la coordinadora de la bancada de Morena en el Congreso local, Martha Ávila, quien aseguró que la izquierda se benefició en sus enseñanzas. Con un minuto de aplausos, el pleno del Poder Legislativo local recordó a Dussel, quien falleció el pasado 5 de noviembre. En estos tiempos que la claridad de las ideas es fundamental es necesario su pensamiento para orientar el destino de los pueblos, dijo brevemente Ávila.

(Con información de Sandra Hernández García)

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