Ortiz-Pinchetti: “El pecado de Claudia”

Por Francisco Ortiz Pinchetti

Se sabía de tiempo atrás que el secretario de Seguridad Ciudadana de Ciudad de México no era precisamente alguien querido por el Mesías de Macuspana. Ni siquiera era bien visto por él. Suponerlo candidato al gobierno de la capital se consideraba por tanto una aberración. Y sin embargo, Claudia se creyó el cuento de trasmisión del bastón de mando y aventó a la palestra a su cercano colaborador, como aspirante con evidentes posibilidades a la postulación morenista… sin ser morenista.

Pone su ficha biográfica: Omar García Harfuch nació en Cuernavaca, Morelos, el 25 de febrero de 1982. Es hijo de Javier García Paniagua, político con amplia experiencia en instituciones de seguridad en los años sesenta y setenta, que fue titular de la Dirección Federal de Seguridad, secretario de la Reforma Agraria y secretario del Trabajo y Previsión Social en el sexenio del presidente José López Portillo y presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional. Es nieto por tanto de Marcelino García Barragán, militar revolucionario, gobernador de Jalisco y secretario de la Defensa Nacional de 1964 a 1970, en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. Ocupaba el cargo cuando ocurrieron los hechos del 2 de octubre en Tlatelolco. Omar trabajó con los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, en áreas de seguridad pública.

Clara Brugada Molina, en cambio, ha sido seguidora fiel y cercana de Andrés Manuel. Es oriunda de la capital del país, donde nació el 12 de agosto de 1963.  Licenciada en Economía por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). En 2009 se prestó a la farsa de “Juanito” para acceder tramposamente a la delegación Iztapalapa por primera vez. Fue fundadora de Morena, diputada constituyente en CDMX y diputada federal en dos ocasiones, cargos todos ellos avalados por el Señor. Ocupa la alcaldía de Iztapalapa desde 2018 y de tiempo atrás se consideraba la candidata idónea para suceder a Claudia Sheinbaum Pardo hasta antes de que ésta se fuera aparentemente “por la libre”.

El intento de “madruguete” de la jefa de Gobierno con licencia no cayó nada bien en Palacio Nacional, según ha trascendido. El caso es que Andrés Manuel hizo evidente su frialdad ante la pre candidatura del jefe policiaco y mandó a Hugo López-Gatell, el Doctor Muerte, a meter ruido en la contienda. De nada sirvió. En todas las encuestas divulgadas hasta ahora, García Harfuch aparece en punta, con un margen amplio sobre la aguerrida alcaldesa de Iztapalapa. El médico ni siquiera pinta.

Y entonces el Señor decidió accionar su dedito.

La decisión del INE de obligar a los partidos políticos a postular a cinco mujeres y cuatro hombres como candidatos a las nueve gubernaturas que se disputarán en 2024, incluida la de CDMX, ha venido a facilitarle al Presidente la maniobra. Bastó con alentar la reacción de los “duros” del movimiento contra el aspirante non grato, usar al ex subsecretario Alejandro Encinas  Rodríguez para involucrarlo tramposamente en el caso Ayotzinapa y finalmente ordenarle al jefe formal del Morena que aplique la restricción legal en la capital, para eliminar al aspirante hombre y postular a la candidata mujer: Clara Brugada Molina.

Todo este sainete se da en el marco de una contienda electoral nada fácil para Morena. Desde 2021, cuando se efectuaron elecciones intermedias, la configuración política de la capital (dominada por la llamada izquierda desde el año 2000), cambió radicalmente. Hoy, la CDMX está cuando menos dividida en dos partes prácticamente iguales, tanto en el número de alcaldías en manos de la oposición (nueve)  y del gobierno (siete) como en las preferencias electorales reflejadas en diferentes encuestas.

No es necesario abundar en la importancia electoral que tiene la capital ni en el impacto que puede tener en el contexto de la pugna nacional. Digamos que puede ser clave en la elección de la nueva Presidenta de la República para el sexenio 2024-2030 que está ya decantada entre Claudia y la segura abanderada del Frente Amplio por México (FAM), Xóchitl Gálvez Ruiz.

Dentro de Morena, la pugna por la candidatura capitalina  ha desatado una carnicería. Es claro que la medida de posponer 10 días la decisión final obedece a ese enfrentamiento interno. El real o ficticio audio de Martí Batres Guadarrama, jefe de Gobierno sustituto de CDMX, en la que instruye “bajar” a García Harfuch para que sea Brugada Molina la candidata de Morena es sin duda parte de esa contienda sorda, en la que evidentemente está presente la voluntad presidencial. También lo fue sin duda el escandaloso fracaso de la concentración a favor de Claudia en el Estadio Azul, el pasado 24 de octubre, que tuvo que cancelarse ¡por falta de asistentes!

Mientras tanto, el FAM optó ya por la candidatura del alcalde de Benito Juárez con licencia, Santiago Taboada Cortina. Además de encabezar las encuestas, el panista tiene desde hace rato el respaldo de la dirigencia de su partido, que es “mano” en la decisión sobre la candidatura capitalina del Frente. La mejor carta de Taboada Cortina es el resultado de su gestión en materia de seguridad pública mediante el operativo BlindarBJ, que ha colocado a esa alcaldía como la más segura del país, según encuesta del INEGI.

La decisión del INE a favor de la equidad de género vino también a facilitarle las cosas al frente opositor, que con ese argumento eliminó de plano a la alcaldesa de Álvaro Obregón, Lía Limón García.

La contienda constitucional está prácticamente cantada entre Brugada Molina, por Morena y aliados, y Taboada Cortina, por el FAM. Quizá nunca conoceremos  la “penitencia” impuesta de Sheinbaum Pardo –además del revés político que ya sufrió al ser retirado su favorito– por su pecado de desobediencia,  que es el más grave de todos. Válgame.

DE LA LIBRE-TA

EL CUATRO DE LA PIÑA. Andrés Manuel aprovechó la tragedia de Acapulco para lanzar un dardo envenenado, otro, contra el Poder Judicial: que donara los 12 mil millones de pesos de los controvertidos fideicomisos a los damnificados del puerto. La ministra presidenta de la Corte, Norma Lucía Piña Hernández, le agarró la palabra y le puso un “cuatro” al mandatario: estamos de acuerdo, le escribió, pero dígame cómo legalmente lo hacemos. Con ese planteamiento, impecable, no sólo neutralizó la intentona presidencial sino que puso en entredicho la capacidad de respuesta del tabasqueño, que pasó aceite y le transfirió el paquete a su secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján.

 @fopinchetti

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