Camou: “16 de septiembre”

Por Ernesto Camou Healy

Hoy es 16 de septiembre. Conmemoramos el aniversario 213 del levantamiento de don Miguel Hidalgo. Todos sabemos que en esa madrugada el cura Hidalgo dio el Grito y comenzó la gesta de la independencia, pero conocemos poco cuáles acontecimientos la precedieron, que nos ayudan a explicar ese momento… 

El cura Hidalgo era mucho más que un párroco rural. Había nacido en 1753, en la hacienda de Corralejo y bautizado con el nombre de Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla. Tenía 57 años al inicio de la insurrección. Había estudiado en el Colegio de San Nicolás Obispo donde se graduó de filosofía y teología. Fue profesor ahí mismo y rector también. El Colegio había sido fundado en 1547 y entregado a los jesuitas que lo manejaron hasta 1767 cuando fueron expulsados de los territorios españoles. 

En el ambiente académico del colegio Nicolaíta tuvo noticia de las obras de los padres Francisco Javier Clavijero, S. J. que escribiría la Historia Antigua de México, y Francisco Javier Alegre, S. J. autor de Historia de la Provincia de la Compañía de Jesús en México y quizá alumnos del alamense José Rafael Campoy S. J. que junto con otros intelectuales estaban escribiendo y pensando a México como una nación americana, no sólo como una colonia española. 

Napoleón Bonaparte nació en Córcega, se inició como militar en Francia, destacó en varias campañas, fue ascendido a general y a fines del siglo XVIII ejecutó un golpe de estado y fue nombrado miembro de un Consulado para gobernar el país. Ahí acopió el poder y logró, coronarse Emperador de Francia en 1804. Una de sus primeras iniciativas fue ampliar sus dominios hacia Portugal y España. En España reinaba desde 1788, Carlos IV que, a raíz del motín de Aranjuez tuvo que abdicar en favor de su hijo.

Fernando VII en 1808. Ese mismo año las tropas francesas invadieron el territorio ibérico y forzaron al monarca, en Bayona, en la frontera con Francia, a devolver el trono a su padre para, luego obligar a Carlos IV a renunciar en favor de José Bonaparte, hermano de Napoleón, que fue coronado rey. Para los españoles era simplemente Pepe Botellas, por su afición a los licores. Los partidarios de Fernando iniciaron una revuelta contra el monarca impuesto, la “guerra de la independencia” y convocaron a las Cortes de Cádiz que reconocieron a Fernando y trataron de gobernar en su nombre, mientras Bonaparte mantenía el control de la mayor parte del territorio. 

En las colonias americanas creció el descontento por la invasión y deposición del monarca legítimo. En la Nueva España las noticias de la división en “España Patriota”, con base en Cádiz, que apoyaba al depuesto Fernando y la “España Josefina”, alineada con Pepe Botellas, causó descontento y pasmo. Algunos intelectuales y militares comenzaron a reunirse y discutir el camino a seguir. En Querétaro Miguel Allende, Juan Aldama junto con Miguel Hidalgo, y otros conspiradores se reunían en casa del Corregidor, don José Miguel Domínguez y su esposa doña Josefa Ortiz, para realizar unas “tertulias literarias”. El propósito era generar apoyo a Fernando VII, para lo cual preveían un levantamiento armado que iniciaría el primero de octubre de 1810. Pero fueron delatados el día 12 de septiembre y algunos de los conspiradores fueron arrestados. Encerraron a doña Josefa en sus habitaciones, pero logró dar la noticia a Juan Aldama que cabalgó hacia Dolores para informar a Hidalgo y Allende, proponerles abortar los planes de la insurrección y huir hacia la frontera norte. 

En Dolores, la noche del 15, se juntaron los conjurados a deliberar. Hidalgo no estuvo muy de acuerdo en emigrar al Norte, parece que eso de irse de indocumentado no compaginaba con su carácter, y fue entonces, al alba del 16, cuando después de una noche de discusiones se levantó y dijo a sus compinches “¡Caballeros, somos perdidos! No nos queda más remedio que ir a coger gachupines…”

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