Texto y fotografías por Raúl Fernando |Raíchali
En el marco del Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer, conmemorado cada 25 de noviembre y designado por la ONU, el Movimiento Estatal de Mujeres (MEM) emitió un posicionamiento en el que señaló la violencia estructural que viven las mujeres en el estado y la omisiones del gobierno en materia de género.
El posicionamiento fue leído por Luz Estela “Lucha” Castro, una de las fundadoras del MEM y el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM), ante la Cruz de Clavos, un monumento instalado frente al Palacio de Gobierno por el mismo movimiento en 2001 para evidenciar y recordar a las mujeres víctimas de feminicidio y desaparición en el estado y el país.
“Los indicadores para conocer las prioridades de un gobierno se expresan en el presupuesto”, continuó Castro, “el asignado para el Instituto Chihuahuense de las Mujeres (ICHIMU) (…) asciende a treinta millones de pesos, en tanto la controvertida obra de teatro la golondrina y el príncipe tiene un presupuesto de 34 millones de pesos”.
El movimiento también denunció que en la Fiscalía Estatal de las Mujeres (FEM) y en los Centros de Justicia para las mujeres el personal no tiene el perfil adecuado para realizar su trabajo y que este maltrata y revictimiza a las víctimas.
“Las denuncias de violencia familiar desatendidas, sin otorgar medidas de protección que en muchas ocasiones son atendidas por becarios o practicantes; ministeriales que pretextan el exceso de carga de trabajo para evadir cumplir con su responsabilidad, instalaciones abandonadas como los baños públicos descompuestos, y muy importante: un albergue de emergencia construido para dar protección inmediata a mujeres víctimas, sus hijos e hijas en grave riesgo, hoy se encuentra totalmente abandonado”.
El MEM estableció ocho demandas al gobierno, entre las cuales están: la atención urgente a las recomendaciones de alerta de género decretada para cinco municipios del estado; presupuesto suficiente; capacitación en perspectiva de género para funcionarias y funcionarios; instalación de una mesa para la evaluación del ICHIMU, la FEM y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado; la reactivación del programa “vínculos” para brindar atención oportuna a las víctimas; y la apertura inmediata de la casa de emergencia.
Al final del comunicado, el MEM también se solidarizó con Socorro Arredondo, viuda de Francisco González Vázquez, quien sufrió un infarto al momento de la reciente detención de su hijo, el exfiscal anticorrupción Francisco G. A., así como a la esposa de este mismo.
“Todo nuestro abrazo y solidaridad por estas dos mujeres que hoy en día están sufriendo la violencia institucional del gobierno del estado como una venganza”, declaró Castro.
La gobernadora de Chihuahua María Eugenia Campos frecuentemente ha desestimado a los movimientos sociales ligados a Castro, bajo el argumento de que esta fue Consejera de la Judicatura durante el gobierno de Javier Corral.
La Cruz de Clavos y el Movimiento Estatal de Mujeres
Alma Gómez, también fundadora del MEM y el CEDEHM, durante el acto de protesta, recordó cómo el 25 de noviembre de 1997 el MEM realizó su primera actividad en apoyo a la denuncia de feminicidios que realizaba Esther Chávez Cano en Cd. Juárez.
En ese entonces colocaron 97 cruces en los jardines de la Plaza Hidalgo, frente al Palacio de Gobierno, en representación de las mujeres asesinadas hasta ese momento.
Luego, después de que en noviembre de 2001 se encontraran los cuerpos de 8 mujeres en el campo algodonero de Cd. Juárez, el grupo adoptó la túnica negra en luto por su ausencia.
Un mes después, colocaron la primera cruz frente al Palacio de Gobierno con 123 clavos, “para recordarlas y recordar a los gobernantes que no han cumplido con su obligación de dar seguridad a las mujeres”.
El movimiento había advertido que si el gobierno la retiraba, entonces colocarían una más grande. En marzo de 2002, mientras caminaban 360 kilómetros hasta Cd. Juárez en el “éxodo de la vida” y llevaban otra cruz de clavos hacia el Puente Internacional Santa Fe, intentaron quemar el monumento en la capital.
Dos meses después, finalmente la cruz original fue robada, sin que las cámaras de seguridad captaran el momento.
“Mientras los compañeros de Aceros de Chihuahua construían ésta, hombres armados escalaron las bardas de la empresa y se robaron el material”, recordó Gómez. “No desistimos, fieles a nuestra promesa en agosto colocamos esta, más grande, con más clavos, porque la pesadilla continúa. Antes poníamos un nombre en cada clavo, ahora varios en cada uno”.
A lo largo de los años la Cruz de Clavos se ha vuelto un símbolo de la violencia en el estado no sólo contra mujeres, sino también contra defensores y defensoras de derechos humanos, como el defensor del bosque Julián Carrillo y el abogado Ernesto Rábago, así como de víctimas de la masacre de Creel en en 2008, una de las primeras de la llamada “guerra contra el narco”.