Por Araceli Loya y Jesús Chávez Marín
Yo en el Facebook tengo desde que empezó, allá por 2008; podría decirte que me las sé de todas, todas. Aquí tengo gente que conozco en persona desde la primaria y muchos otros que no he visto, pero que son tan amigos o más; conmigo han estado en las buenas y en las malas. Muchos me consolaron como nadie cuando murió mi hermano, qué palabras tan bonitas me escribían, cariño de veras.
Por eso cuando esa escritora me puso una solicitud, la agregué de inmediato. En las fotos se veía tan seria y decente, vieras; ponía unos mensajes muy bonitos de su propia inspiración. Empezamos a platicar en el in box como si nos conociéramos de toda la vida, me pedía consejos de los hombres, cree que sé mucho de eso y ya ves que al contrario. Pero le encantaba el tema de los novios, las relaciones y todo eso.
Soy maestra de kínder y un día del niño llegaron los papás al festejo; allí conocí a Martín Luis, el papá de una de mis alumnas. Me pidió mi teléfono, que para estar al pendiente de la niña, de su educación, pero la verdad es que a las dos semanas me invitó a salir. Como era divorciado, no me sentía culpable y además él me gustaba; nos hicimos novios y anduvimos muy contentos casi ocho meses.
Para esto, en el Facebook mi amistad con la escritora seguía. Nos agarramos mucha confianza, me enseñaba en privado fotos que no publicaba en su muro, y yo a ella. En una de sus fotos que lo voy viendo, a Martín Luis. Mira, este es el papá de mi hijo, me puso en el mensaje.
Trágame tierra. ¿Cómo que el hijo?, ¿pues cuántos tiene? Como él y yo teníamos una comunicación muy sincera, le pregunté tal cual. Me dijo que eso era cierto, que ella había sido su mujer, aunque nunca se casaron; vivieron juntos y nació el niño, que lleva su apellido y él siempre lo ha mantenido de todo a todo.
También me dijo que ella era bipolar y nunca quiso tratarse, cuando alguien le aconsejaba que fuera con algún doctor, se ponía furiosa. Que era muy linda y de repente se volvía una bruja insoportable, duraba noches sin dormir y luego semanas enteras en las que ni se bañaba, abandonaba los trabajos y al niño lo descuidaba como no tengas una idea. Le hizo mucho la lucha, pero no le quedó más remedio que dejarla. En la Corte peleó durante meses la custodia del hijo, sobre todo para protegerlo de ella; gastó mucho en abogados y no consiguió nada.
Y luego ya tú sabes cómo es el Facebook de comunicativo, aquí todo termina por saberse. La escritora nos vio juntos en una foto que nos tomaron en una boda y que subió una de las madrinas, a la que ni conozco, y desde entonces no me la acabo. Insultos, amenazas, desprestigio, eres una cualquiera andas con mi marido el papá de mi hijo, es lo más ligerito que me escribía. Hasta la fecha no la conozco en persona, pero me ha hecho la vida imposible, a pesar de que la he bloqueado infinidad de veces.