Por DW Actualidad
Una exposición en el Museo Histórico Alemán muestra cómo Karl Marx se convirtió en uno de los pensadores más influyentes del siglo XIX. Su obra se sigue leyendo.
1. Matrimonio con igualdad entre pares
Sin ella, su obra no hubiera sido posible: Jenny Marx (1814 – 1881) fue además de periodista, la primera lectora crítica de Karl Marx. Debatió con él y con el publicista y filósofo Friedrich Engels y trabajó en el “Manifiesto del Partido Comunista”. En la única versión manuscrita del manifiesto que se ha conservado, las primeras líneas fueron escritas por ella.
Como periodista, escribió textos sobre la Revolución de Marzo en Alemania y reseñas sobre la obras de William Shakespeare para el renombrado diario “Frankfurter Zeitung”, negoció con editores y hablaba varios idiomas. Esto fue positivo, porque la familia Marx pasó la mayor parte de su vida en el exilio. Friedrich Engels la llamó a ella y a su esposo “naturalezas muy talentosas” y dijo sobre Jenny, después de su muerte, que extrañaría amargamente “su audaz e inteligente consejo”.
Jenny Marx: en la actualidad no se valora lo sufuciente su contribución a la obra de Karl Marx.
2. Contribuyó a hacer realidad la jornada de ocho horas
En 1866, Karl Marx y Friedrich Engels contribuyeron a establecer la jornada laboral de ocho horas como requisito oficial de la Asociación Internacional de Trabajadores. En la década de 1810, el galés Robert Owen ya habría acuñado el slogan “trabajar ocho horas, dormir ocho horas y ocho horas de ocio y de descanso”.
En el Reino Unido, sin embargo, la jornada de ocho horas para los empleados fijos nunca se determinó por ley. En Canadá, en cambio, sí desde 1899; en Francia desde 1919, en EE. UU. desde 1938 y en Alemania desde 1918.
3. Icono del movimiento “Occupy”
El 17 de septiembre de 2011, manifestantes ocuparon el parque Zuccotti en el distrito financiero de Nueva York, con el lema “Occupy Wall Street” (Ocupa Wall Street). Protestaron contra un sistema económico que enriquece a solo unos pocos. Los manifestantes exigieron un mayor control político del sector bancario y financiero. Dicho movimiento se extendió por todo el mundo con un retrato de Karl Marx y el pegadizo slogan: “Les dije que tenía razón”, lo que convirtió a Marx en ícono moderno.
Desde la crisis bancaria del siglo XXI, los escritos de Karl Marx volvieron a recibir atención mundial. Aún se le considera uno de los críticos más importantes del capitalismo, pero su legado es ambivalente: las dictaduras de la Unión Soviética y la RDA, por ejemplo, se remitieron a la obra de Marx para justificar las injusticias de sus gobiernos. Su actitud hacia sus compañeros judíos también es controvertida. Su ensayo “Sobre la cuestión judía”, publicado por primera vez en 1844, fue utilizado con fines de propaganda antisemita, por ejemplo, por el Partido Comunista de Alemania en la década de 1920.
Este cartel fue diseñado por Azlan McLennan como parte del movimiento “Occupy” en Melbourne, Australia
4. Investigador y todavía fuente de inspiración
Muchos economistas de todo el mundo todavía toman en cuenta los escritos de Karl Marx. Por ejemplo, el economista francés Thomas Piketty publicó su libro “El capital en el siglo 21” en 2013, haciendo referencia directa a “El Capital” (1867).
En “El capital en el siglo XXI”, Piketty se basa en el análisis de Marx y concluye que desde mediados del siglo XX, la riqueza mundial se acumula en manos de unas pocas personas, y que el aumento de la desigualdad es inherente al capitalismo, lo que supone una amenaza la democracia. El libro provocó debates globales sobre el futuro del capitalismo.
La primera edición original de “El Capital”, con sus notas escritas a mano, pertenece a la lista del Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO desde 2013.
5. Ciudadano del mundo
Marx fue un ciudadano del mundo que influyó en el debate político de muchos países. Fue pionero de una “revolución proletaria” y pasó casi toda su vida como apátrida en el exilio. Después de casarse se fue a París con Jenny Marx, donde trabajó con Friedrich Engels. Cuando el gobierno prusiano exigió su expulsión, Jenny y Karl Marx y Friedrich Engels se trasladaron a Bruselas.
Allí comenzaron a trabajar en un documento programático que se convertiría en el Manifiesto Comunista, el cual termina con la famosa frase: “¡Proletarios del mundo, uníos!”. La familia Marx también fue expulsada de Bélgica y finalmente encontró refugio en Londres en 1849. Jenny y Karl Marx vivieron allí hasta su muerte. Jenny murió el 2 de diciembre de 1881 y Karl el 14 de marzo de 1883. Casi 200 años después de su muerte, su obra ha vuelto a atraer el interés de los lectores.