El fin del neoliberalismo cultural

Por John M. Ackerman

Los historiadores relatan que después de la Masacre de Cholula, cuando las tropas al mando de Hernán Cortés asesinaron a sangre fría a miles de ciudadanos totalmente indefensos en un acto de terrorismo religioso (https://bit.ly/3AOMvsV), el conquistador reunió a los sacerdotes indígenas para obligarles a ofrecerle disculpas por supuestamente haber provocado su ira con conspiraciones en su contra. Así, las víctimas fueron convertidas en las responsables de su propia derrota.

Un mecanismo similar operó durante la larga noche neoliberal. El saqueo, la corrupción, la violencia y los fraudes característicos del viejo régimen fueron explicados y justificados a la población como resultado de una serie de supuestas debilidades culturales del pueblo mexicano. La corrupción es un asunto cultural, decía Enrique Peña Nieto. Se matan entre ellos, justificaba Felipe Calderón.

Octavio Paz fue uno de los principales promotores de este relato neoliberal. Según él, el principal obstáculo para alcanzar la modernidad en México sería el carácter individualista, desconfiado, resentido y autoritario de nuestra cultura política. “El mexicano no trasciende su soledad. Al contrario, se encierra en ella… No soportamos la presencia de nuestros compañeros”, escribió en El laberinto de la soledad.

Una encuesta publicada en 2018 por la revista Nexos llegó a la conclusión de que los mexicanos supuestamente nos hemos convertido en liberales salvajes, categoría que definen como “un ciudadano que no reconoce en el fondo otro ethos que el del bienestar personal y familiar, ni otro derecho que el de resolver su vida con los medios a su alcance, perjudiquen éstos o no a su comunidad y a su nación” (https://bit.ly/2XyZOiV).

En 2014, el IFE levantó una encuesta pomposamente llamada Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México (https://bit.ly/3AJRScS), cuya hipótesis principal fue que la ciudadanía en México sufriría de un problema de desconfianza en el prójimo y en la autoridad. A Lorenzo Córdova le encanta repetir que el gran problema con la democracia en México sería un supuesto déficit de la cultura política del país (https://bit.ly/3yOqKZB y https://bit.ly/37MPV2F).

Ha llegado la hora de enterrar estas visiones neocoloniales y elitistas propias del viejo régimen.

La nueva Encuesta nacional de culturas políticas y democracia 2021 (https://puedjs.unam.mx/encuestas/) del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (Puedjs) de la UNAM demuestra que los mexicanos no somos desconfiados, solitarios o autoritarios, sino todo lo contrario. Somos conscientes, solidarios y democráticos.

De acuerdo con el estudio demoscópico conducido por el doctor René Ramírez, 65 por ciento de los mexicanos nunca o casi nunca se sienten solos, sólo 6 por ciento tienen una mala relación con sus vecinos o no los conoce, 88 por ciento se consideran parte del pueblo y 70 por ciento hacen compras frecuentemente en mercados locales para apoyar a pequeños negocios.

De la misma manera, las dinámicas innovadoras que usamos para sondear las actitudes solidarias de los ciudadanos, basados en las teorías del dilema del prisionero y la tragedia de los comunes, arrojaron un resultado contundente de 80 por ciento de comportamientos solidarios. Las mujeres y las personas con menores niveles de ingresos fueron muchísimo más solidarias que los hombres y los ricos, lo cual pone de cabeza los presupuestos de las teorías elitistas sobre la cultura política mexicana.

La encuesta también demuestra que los mexicanos guardan convicciones sumamente progresistas, compatibles con las visiones más radicales de la Cuarta Transformación. Por ejemplo, de entre una lista de personajes históricos, el más apreciado es Benito Juárez, con 85 por ciento de opiniones positivas, y el menos valorado es Carlos Salinas, con sólo 16 por ciento. Cuauh­témoc también rebasa a Hernán Cortés, con 65 por ciento y 45 por ciento de opiniones positivas, ­respectivamente.

Sesenta y tres por ciento de los mexicanos considera que los ricos han llegado a serlo a través de la corrupción, las herencias o la explotación laboral, y 58 por ciento de los ciudadanos cree que debiera existir un impuesto a las herencias de los más ricos. Sólo 17 por ciento considera que se debe aplicar el modelo de desarrollo de Estados Unidos. Y 91 por ciento de los mexicanos cree que las empresas farmacéuticas deben estar más reguladas; 66 por ciento de los mexicanos prefiere dar prioridad a la protección del ambiente aunque esto cause un menor crecimiento económico y pérdida de algunos empleos.

Estos son solamente algunos de los resultados que arroja esta importante encuesta que esperamos marque un antes y un después en el estudio de la cultura política en México. Todos los resultados y las bases de datos se encuentran disponibles gratuitamente al público en general. Además, hemos desarrollado un innovador sitio web interactivo que permite a los usuarios realizar sus propias cruces de datos por género, edad, región y condición económica para cada una de las preguntas de la encuesta, disponible aquí: https://cutt.ly/0Q7Zhui.

www.johnackerman.mx

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