¿Sí o no? La consulta…

Por Ernesto Camou Healy

— Mañana domingo primero de agosto tendrá lugar la Consulta Popular para que los ciudadanos votemos sobre la posibilidad de enjuiciar a varios ex presidentes y funcionarios que los acompañaron, por las decisiones políticas tomadas en el pasado. La redacción original estaba mal planteada en términos legales; la Suprema Corte la modificó y la hizo más compleja y menos estridente.

La pregunta, a la que hay que responder es “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?

La organización del evento es del INE (Instituto Nacional Electoral) por más que la iniciativa haya surgido del actual Gobierno. Los resultados serán computados por esa institución y dados a conocer en los siguientes días. No es obligatorio participar, pero hay que tomar en cuenta que los resultados serán vinculatorios para los poderes Legislativo y Ejecutivo federales cuando el INE indique que la participación total en la Consulta Popular haya sido de, al menos, el 40% de los inscritos en la Lista Nominal de Electores.

El ejercicio implica un indiscutible referéndum sobre el Gobierno de López Obrador. Él es quien lo impulsó y los resultados nos dirán aproximadamente el grado de aprobación que conserva o no su mandato. De alguna manera es un riesgo, pues si la mayoría vota por el “no”, se puede considerar que reprueban su administración; y si hay muy poca asistencia a las urnas, cosa que suele suceder a la mitad de cada sexenio, también se la interpretará como una tacha al equipo de la Cuatro T.

Por otra parte, si bien se habla de enjuiciar a cinco mandatarios, desde Salinas hasta Peña Nieto, la verdad es que resulta muy complicado hacerlo. Y muy probablemente muchas de las acciones que podrían ser consideradas delictivas podrán atribuirlas a otros, subordinados y adecuados chivos expiatorios. Y como por lo general esos posibles acusados pueden ser muchas cosas, pero no tontos, difícilmente se les podrá probar alguna fechoría; al parecer lo que se pretende es más político que judicial…

Sin embargo hay una perspectiva que puede dar fruto: En todas esas administraciones parece haber habido desde malos manejos, hasta decisiones no sólo equivocadas sino maliciosas por parte de personas cercanas o subordinadas que no fueron ni corregidas, ni tampoco castigadas. Eso constituye una responsabilidad por lo menos administrativa del mandatario que no quiso, o no fue capaz de jalar las riendas a parientes, o empleados que pueden haber aprovechado para lucrar de mala manera, cometer peculado a la sombra protectora del Ejecutivo. Si, además, se logra establecer que el ex Presidente en cuestión también sacó tajada, pues que se persiga el abuso…

Si se prueba que no ejerció su autoridad para impedir el latrocinio de sus allegados, o cosas peores como represión y muertes, debería ser enjuiciado y sancionado. Y ahí sí parece haber mucho lienzo para tajar, desde las anomalías de Peña Nieto con Oderbrecht, la Casa Blanca y muchas más, hasta las truhanerías de los hijos de Martha Sahagún, las bribonadas de los parientes de Salinas, las simulaciones de Zedillo con el Fobaproa más el pésimo manejo de la inseguridad que inició Calderón, o el incendio de la guardería ABC, cuyos responsables federales fueron escudados; sin contar con los asesinatos masivos que no se impidieron como Aguas Blancas, Acteal, Atenco, San Fernando, Ayotzinapa y los cientos de periodistas que siguen siendo eliminados…

Por eso resulta positivo participar: Se les debe sobre todo a las víctimas y sus familias. Y se sienta un precedente: Será válido fincar responsabilidad a los antes intocables. Con esa vara se les medirá. Y recordemos que Andrés Manuel va a ser ex Presidente también; y lo sabe…

Ernesto Camou Healy es doctor en Ciencias Sociales, maestro en Antropología Social y licenciado en Filosofía; investigador del CIAD, A.C. de Hermosillo.

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