Por Jesús Chávez Marín
— [Agosto 199].-Otra vez Manuel Talavera apuesta por el costumbrismo y ofrece su personal visión del paraíso conyugal. Una madre que ya chupó faros se queda como alma en pena que va arrastrando cadenas en el recinto de su hogar, donde rezan su novenario las dos guapas hijas y el tontolón de Chema, el chiple.
El actor Mario Humberto Chávez, en un regocijante papel que Talavera diseñó especialmente para él, se mete al público a la bolsa interpretando a El Gordo Delgado, amigo de la familia.
Su actuación encuentra armónico equilibrio en el magnífico personaje del papá que hace muy bien Miguel Rodarte.
Sin embargo, los otros actores resultan algo planos, comunes y corrientes; solo destaca la presencia grata en escena de la actriz Alma Jurado en el papel de Chela, y de los niños actores Gabriela, Ana Luisa y Pedro.
El texto requiere una recortada, una revisión autocrítica y le sobran dos o tres chistes bastante mamones que ofenden esta buena comedia de Talavera.
Agosto 1991