Cuento: Europa

Por Jesús Chávez Marín

El avaro metódico era muy agradable, lo fue desde jovencito y hasta la fecha, siempre y cuando no se presentara el asunto de los centavos, porque entonces sí se paralizaba, se quedaba callado o se retiraba del lugar. Mucho cariño verdad, pero que no contaran con él para socorros ni dádivas.

A pesar de que había heredado de su madre una gran fortuna, y podría decirse que era un hombre acaudalado, vivía en forma discreta, gastaba apenas lo indispensable para él y su señora esposa, tocaba lo menos posible las inversiones en el banco para que ganaran más dividendos y, sobre todo, para no gastar.

Ella, al principio, se sentía lastimada y triste de que él fuera tan miserable con todo, pero a la vuelta de los años, por amor y por costumbre, se fue haciendo a su modo, y ya era tan poquita como el marido. Desde al principio habían decidido no tener hijos. Salen muy caros y son muy ingratos, decían; y se complacían barajando ejemplos de ingratitud y derroche.

Ahora que son viejos ya no procuran a nadie y ya nadie los procura.

La pensaron mucho pero luego de años y años de cavilaciones hicieron un viaje por varios países de Europa, procurando gastar lo menos posible, como siempre.

 

About Author

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *