Toda semejanza con la realidad…

Por Guadalupe Ángeles El sino de Lestrigón, de Ney Antonio Salinas, cumple la vieja promesa de…

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Gpe. Ángeles: “La gracia de lo vano”

Por Guadalupe Ángeles A C.L. Veo cómo crecen mis uñas. Apenas la semana pasada las corté…

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G. Ángeles: “Nada difícil”

Por Guadalupe Ángeles No hay eternidad disponible. Somos palabras como frutos de un huerto, algo así…

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G. Ángeles: “Ornato”

Por Guadalupe Ángeles Tenía que estar lejos de casa para escribir. Por eso se inventaba amantes…

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G. Ángeles: Lo vano

Por Guadalupe Ángeles a C.L. Veo cómo crecen mis uñas. Apenas la semana pasada las corté…

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No todo ha de ser suave y tierno

Por Guadalupe Ángeles — Tremendo, brutal, como lo es el destino manifiesto, esa mentira que inventaron…

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Asesinatos

Por Guadalupe Ángeles — Dicen los que saben, que para escribir uno necesita dejar que se…

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De la educación y otras bofetadas

Por Guadalupe Ángeles — Terminé de leer “Ferdidurke” y una especie de alegría me invadió, de…

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Cántaro

Por Guadalupe Ángeles — Te prometí que soñaría una máquina especial. Me levanté en la madrugada…

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