Pierde el puntero

Por Lilia Cisneros Luján 

Sin entrar en los detalles, del negocio que movió el inesperado resultado del juego Alemania vs México, lo cierto es que habrá mucha tela para cortar –y contar- después de este mágico 0-1. Para las masas, dispuestas a dejar sus responsabilidades domingueras –misa, servicio religioso evangélico, guardia en diversas oficinas de bomberos, comunicación social o campañas etc.- carece de importancia que el costo de este evento haya sido de casi 12 mil millones de dólares -600 millones más de lo presupuestado originalmente- entre construcción o habilitación de estadios y espacios departamentales para alojar deportistas y visitantes; movilización de cuerpos de seguridad y de voluntarios; atención de lujo a mandatarios de países muy diversos entre muchos otros y, seguramente el pueblo ruso se preguntará en breve ¿En cuanto les afecta  que 57% de tal presupuesto haya salido de las arcas federales? ¿Quienes son las “entidades legales” -empresas públicas o privadas- que pusieron al proyecto un 28% de los costos? y ¿como les irá en el resto del año a los habitantes de las regiones cuyos gobiernos aportaron casi un 14% de dicho gasto?

Pero como estamos en la era del comercio global, estos costos se convierten en inversión, para que ¿quienes? lleven ganancias: empresas de televisión, Internet, turísticas, restaurantera, de publicidad –hoy llamadas blogueras- y hasta técnicos y jugadores que reciben compensaciones por jugar en un mundial. Si a estas preguntas honestas para las que hay respuestas abiertas como que la FIFA[1] pretendía vender tres veces más caro que lo negociado con Brasil los derechos televisivos, la suspicacia -ahora que estamos en la era de la lucha contra la corrupción- no puede soslayarse respecto a ¿quienes reciben cuanto por concepto de apuestas e inclusive por vender alguna actitud pasiva en el marco de un partido?

En una gesta deportiva casi todos ganan, lo hacen los que hayan comprado por cuotas multimillonarias los derechos de trasmisión, pues luego venden tales prerrogativas en partecitas a televisoras y radiodifusoras nacionales, regionales, locales o estatales. ¿Pagó la televisión pública argentina 8 millones de dólares para la trasmisión de la ceremonia inaugural, los partidos de su selección y la final? ¿Cómo le va al negocio público con un empate y una estrella –Messi- que parecía estar rodeado de muertos lo cual le dificultaba el gol? ¿Facebook y youtube, se convertirán en competidores importantes de las cadenas televisivas en el futuro? ¿Quién romperá el récord ruso de ser hasta ahora el mundial más costoso para país alguno organizador de este tipo de torneos?

Lo que si parece ser una verdadera sorpresa fue lo de ayer entre Alemania y México. El puntero con el aval de la Federación deportiva más grande del mundo -la alemana de futbol, DFB- perdió, sin que le valieran los sondeos, las encuestas ni los presagios. Buenísimo para los mexicanos hartos ya de malas noticias acerca de candidatos que pierden la vida, negocios que son vandalizados, policías incapaces de detener a los delincuentes, jueces que parecen estar  favor de los malosos y hasta autoridades deportivas prestas a descalificarnos por clenbuterol o fiestas escandalosas.

¿Qué sigue ahora?, ¿disculparse con el técnico extranjero –colombiano por cierto- al que muchos con intereses, descalificaban no hace mucho? ¿Seguir el juego de señalar al otro sin acciones de coordinación y conjunto para lograr que nuestra convivencia cívica trascurra sin tantos sobresaltos? Depende de cada uno de nosotros. Así como vimos un conjunto de seleccionados para jugar por México, que lo hicieron de manera coordinada, hagamos lo mismo cuando queramos resolver el abasto de agua, el bacheo de la colonia o la acción preventiva del delito de parte de quienes tienen esa responsabilidad. Ya confirmamos, que no siempre es el puntero el que mete gol, ya hemos visto que de poco o nada sirven los gastos millonarios en cámaras de vigilancia y nuevas salas de justicia oral, si los responsables de usarlas se la pasan en la babia o en el “poco me importa”. Actuemos en equipo, si no hay respuesta de parte de la autoridad, marchemos ordenadamente como si estuviéramos entrenando para exigir la atención de aquellos que viven de nuestras aportaciones fiscales. No nos dejemos manipular por campañas publicitarias sin contenido, exijamos respeto como ciudadanos, como pueblo y no seamos simples espectadores, dispuestos a los excesos por un gusto momentáneo.

Ganó México a Alemania, ¡bien por quienes hicieron ese logro posible! aun faltan juegos por jugar, no dejemos que los punteros nos hagan una mala pasada. Corramos con paciencia el reto que tenemos por delante, ocupándonos no de los testigos que gritan en las gradas o en los monumentos, sino de aquellos que ya han asumido el desafío, de defender lo propio, lo que les importa y sobre todo lo que saben que se convertirá en el mayor legado para nuestros descendientes. Somos un gran pueblo, no permitamos que vengan los ajenos a descalificarnos y quitarnos el ánimo de ser los auténticos campeones. Tenemos todo para erradicar nuestros lastres y nuestras imperfecciones ¡empecemos ya! antes del cambio de era. La tarea es hoy, informarnos no puede dejarse para mañana, los señalamientos deben de encauzarse por los caminos legales solo así podemos meterles gol a quienes tratan de minimizarnos.

[1] Recordar que el anterior líder de este organismo internacional de deporte, fue pescado en vergonzosos contubernios que le valieron su destitución.

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