Compra de votos… ¡desde Palacio Nacional!

Por Francisco Ortiz Pinchetti

— No sé exactamente cómo llamarle, pero pienso que linda entre el descaro y el cinismo: el domingo 21, en Guelatao, a sólo dos meses y medio de las elecciones del 6 de junio, el Presidente anuncia inesperadamente que aumentará la pensión a los adultos mayores hasta duplicarla y que la edad mínima para recibirlo se reduce de 68 a 65 años; el martes 23, se reúne en Palacio Nacional con los gobernadores del país, a quienes pone una trampa, y firma un “acuerdo” para que todos cumplan la ley, a lo que están obviamente obligados, en el sentido de ¡no meter mano en el proceso electoral!

Válgame.

En efecto, durante la conmemoración del 215 aniversario del nacimiento de Benito Juárez, Andrés Manuel se sacó de la manga un recurso obviamente electorero al que nunca se había referido. Apenas dos meses atrás se había aumentado en 10 por ciento el monto de las pensiones a los abuelos, pero ahora resulta que “a partir de julio” (sic) se irán aumentando paulatinamente para llegar a los 6 mil pesos semestrales a principios de 2024.

Y justo también a partir de julio, pasados los comicios intermedios en los que se disputa la mayoría en la Cámara de Diputados y 15 gubernaturas estatales, la edad requerida para empezar a recibir el apoyo se reduce a los 65 años, lo que significa incorporar de golpe a otros 600 mil beneficiarios, que ahora serán más de 11 millones en total. Indicó que se requerirá  incrementar el presupuesto del programa de pensión de adultos mayores de 135 mil millones a 240 mil en 202 a 300 mil en 2023 y a 370 mil en 2024.

Dijo, sin ningún dato sólido, que las cantidades adicionales saldrán “de los ahorros conseguidos con la austeridad”. No lo dijo, pero obviamente el incremento electorero de las pensiones impactará los montos destinados en rubros fundamentales como la salud y educación, y en general pondrá en un nuevo aprieto a las finanzas nacionales, como han vaticinado ya los especialistas.

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) advirtió que el aumento de las pensiones para adultos mayores va a generar mayores presiones para el erario y una reducción del espacio fiscal para financiar otras políticas públicas como educación y salud. El gasto total en pensiones (contributivas como no contributivas) va a aumentar de 5.1 en 2021 a 6.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2024, según sus proyecciones.

Por ahora, es claro, la prioridad de Andrés Manuel, vital, son las elecciones intermediarias que se avecinan. Muy probablemente sus datos indican alerta roja al respecto, porque ahora echa mano de su recurso más preciado y eficaz para comprar voluntades y votos de los mexicanos.

Hace justamente 20 años, en abril de 2001, platiqué del tema de las pensiones con Javier González Garza, en su oficina de director del Sistema de Transporte Colectivo Metro, del entonces Distrito Federal. Eran los inicios del Gobierno de López Obrador en la capital del país. Matemático de profesión, poseedor de un doctorado por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (CINVESTAV), el “Güero” –como lo conocíamos todos— me habló de la gran habilidad de Andrés Manuel.

Hizo números, lo suyo, sobre la hoja de papel que tenía encima de su escritorio: en ese entonces, la pensión recién instituida por el Jefe de Gobierno beneficiaba a 260 mil adultos mayores de 70 años, que era la edad mínima requerida. “Los beneficiarios no son esos 260 mil ancianos, “no”, me dijo. “Échale cuentas: alrededor de cada uno de ellos hay en promedio 3.5 personas, según la estadística, entre hijos, nietos, sobrinos y otros parientes, que se verán beneficiados. Para ellos la pensión les alivia al menos parcialmente de la carga que significa el pariente mayor, independientemente de que algunos inclusive se aprovechen y se queden con el recurso”. En esa forma, precisó, las 260 mil personas agradecidas con la dádiva que consideran personal se convierten en un cerca de dos millones… “Y esos son votos. Genial”.

El Distrito Federal tenía entonces 6 millones 340 mil ciudadanos empadronados. Es decir, los 2 millones de posibles votos derivados de las entregas de Andrés Manuel representaban algo así como el 31.7 por ciento, o sea ¡una tercera parte del electorado capitalino!

Si los cálculos del simpático político regiomontano no eran errados, actualmente los 11 millones de adultos mayores beneficiados en el país representan en realidad a nivel nacional 34.1 millones de votos potenciales. Y es que el tabasqueño ha tenido la habilidad, hay que reconocerlo, de hacer sentir a la gente que es él, directa y personalmente, quien decide y entrega ese beneficio, a pesar de que las pensiones a adultos mayores son ya un derecho constitucional.

No son pocos que le besarían las manos a tan dadivoso Mandatario al saber que recibirán no 2 mil 750 pesos al bimestre como ahora, sino 6 mil pesos en 2024. Y desde luego, quienes se ven incorporados de golpe y porrazo al beneficio, al reducirse en tres años la edad requerida. No a ellos solamente, sino como mencionaba el “Güero”, a sus familiares. Tan sólo eso puede significar un millón 860 votos adicionales para Morena en noviembre próximo.

Lo más grave es que esta flagrante violación a la Ley la cometió el Presidente en las narices mismas de las autoridades electorales sin que haya tenido alguna consecuencia. Y frente a una oposición que apenas reaccionó con el anuncio de dos senadoras panistas de que presentarían una demanda ante la FGR, pero que evidentemente no toma consciencia de lo que significa el uso indiscriminado de los recursos del erario para fines evidentemente electorales. Ni de la eficacia probada, clave, que tiene el tema de las pensiones como instrumento predilecto de Andrés Manuel para ganarse voluntades y votos, desde hace 20 años.

Dos días más tarde de su anuncio, el colmo, Andrés Manuel hizo la función con los gobernadores de la República, a quienes hicieron firmar el “acuerdo por la democracia” al entrar a Palacio, no tuvieron posibilidad alguna de opinar y tampoco fueron sentados en el presídium, sino en sillas a manera de público como meros testigos de palo de la pantomima montada por el Jefe del Ejecutivo en la que él y sólo él fue protagonista, autor y beneficiario. Válgame.

DE LA LIBRE-TA

¿OTROS DATOS? A pesar de que la mayoría de las encuestas registra todavía una halagadora ventaja en las preferencias electorales a favor de Morena, el Presidente se muestra cada día más desesperado. Recurre de forma inopinada a medidas tales como anunciar, en vísperas ya de los comicios, un aumento brutal a las pensiones de adultos mayores y reducir la edad para recibirlas. A la vez, habla nuevamente de un “compló” contra su Gobierno y  arremete contra el INE con clara intención de descalificar al árbitro ante una eventual derrota de su partido. ¿Será que esta vez es verdad que don Andrés tiene otros datos?

@fopinchetti

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